En el panorama agroalimentario han surgido diversos conceptos que responden a una necesidad urgente: producir de forma más sostenible sin comprometer el futuro del planeta.
La agricultura regenerativa, climática, de carbono y la agricultura ecológica, aunque comparten en sus enfoques el objetivo de reducir el impacto ambiental, cada una se orienta de manera diferente. ¿Cómo entender estas diferencias y cómo afectan a los agricultores, empresas y técnicos del sector?
Agricultura regenerativa: sanando los ecosistemas
La agricultura regenerativa es una propuesta que va más allá de minimizar el impacto de la actividad agrícola. Su objetivo es regenerar los suelos, la biodiversidad y los ecosistemas en su conjunto. Esto incluye prácticas como la rotación de cultivos, el uso de abonos naturales y la reducción de insumos externos, siempre con la premisa de mejorar la salud del suelo y secuestrar carbono.
Sin embargo, cabe preguntarse: ¿es suficiente la regeneración sin un marco claro de regulación? Porque, a pesar de sus beneficios, no cuenta con un sistema de certificación reconocido oficialmente, lo que puede hacer que su implementación y credibilidad varíe según el lugar o el operador que la adopte.
Agricultura climática: adaptándose al cambio climático
Por otro lado, la agricultura climática se plantea como un enfoque que busca mejorar la resiliencia de las explotaciones agrícolas ante el cambio climático. Es decir, se centra en cómo los sistemas agrícolas pueden adaptarse para soportar mejor las sequías, inundaciones o temperaturas extremas que cada vez vivimos con más frecuencia. También, promueve prácticas que ayuden a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
La cuestión aquí es: ¿estamos resolviendo el problema de fondo o simplemente adaptándonos a sus consecuencias? Aunque la agricultura climática promueve una mayor conciencia frente al cambio climático, su propósito es más reactivo que preventivo. No necesariamente transforma los sistemas productivos para hacerlos sostenibles a largo plazo.
Agricultura de carbono: el mercado del carbono agrícola
En línea con la mitigación de emisiones, la agricultura de carbono ha ganado relevancia por su enfoque en capturar y almacenar carbono en los suelos agrícolas. Al hacerlo, los agricultores pueden acceder a créditos de carbono que pueden vender en los mercados de emisiones, generando una fuente adicional de ingresos. Este enfoque tiene un fuerte componente económico y se enfoca en prácticas que promuevan el secuestro de carbono, como el uso de cubiertas vegetales o la reducción del laboreo.
Pero, ¿podemos depender únicamente de los créditos de carbono como incentivo para cambiar el sistema agrícola? Aunque resulta atractivo para muchos productores, la agricultura de carbono tiene, entre otros desafíos, que su éxito está directamente ligado a la existencia de mercados regulados y estables para los créditos de carbono, los cuales aún no están realmente implementados.
Agricultura ecológica: un sistema con valor y reconocimiento oficial
La producción ecológica se basa en principios que buscan equilibrar la productividad agrícola con la sostenibilidad ambiental y social. Promueve el uso de prácticas naturales, evitando insumos químicos sintéticos como pesticidas y fertilizantes artificiales, favoreciendo en su lugar el uso de fertilizantes orgánicos, compost y el control biológico de plagas.
Además, busca preservar la biodiversidad, mejorar la fertilidad del suelo, reducir la contaminación y optimizar el uso de los recursos naturales. Su enfoque está en la producción de alimentos sanos, manteniendo el bienestar animal y respetando los ciclos naturales.
Cuenta con un sistema de certificación que garantiza el cumplimiento de normativas estrictas. Pero también, los productos ecológicos cuentan con un mercado en constante crecimiento. Una demanda creciente a nivel mundial basada en la confianza de los consumidores.
Mientras que la agricultura regenerativa, climática y de carbono ofrecen soluciones valiosas y necesarias, es en la agricultura ecológica donde encontramos una estructura clara y funcional a largo plazo.
¿Pueden estos modelos coexistir?
Sin duda, y en muchos casos lo hacen. Sin embargo, mientras la agricultura regenerativa, climática y de carbono siguen buscando su camino, la agricultura ecológica ya cuenta con las herramientas para ofrecer a agricultores y empresas un modelo viable, sostenible y reconocido a nivel global.